Florence Cassez obtiene su libertad…

Hace algunos minutos la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con una mayoría de 3 votos a favor, concede a la ciudadana francesa Florence Cassez el amparo liso y llano, con lo cual obtiene su libertad inmediata, salvándose así de la sentencia que tenía en su contra por 60 años de prisión.

Sin duda alguna este es un tema que causa mucho jaleo. Se trata de una “supuesta” secuestradora. Se hace el énfasis en lo supuesto de su culpabilidad pues, en nuestro sistema judicial, se es inocente hasta que se demuestra lo contrario… Sin embargo, las pruebas presentadas en contra de ella, parecen apuntar a su culpabilidad: las víctimas, al igual que sus cómplices, la identificaron plenamente. Y sin embargo se presentaron diversas y graves irregularidades en el proceso de su detención: los detuvieron y no los presentaron inmediatamente sino que montaron un show televisivo, se le negó la asistencia consular, cuestión indispensable en un procesado de otra nacionalidad y con una lengua distinta a la nuestra, las declaraciones iniciales de las víctimas fueron cambiadas después, entre muchas otras. Aquí es donde comienza todo, pues es la Procuraduría la encargada de aportar las pruebas suficientes que le permitan al juzgador el poder determinar la culpabilidad o inocencia de un detenido, más allá de toda duda razonable.

Es notable el hecho de que en las redes sociales las personas culpan a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Aquí cabe aclarar un punto: la labor de los jueces es parecida a la de un cocinero. Supongamos que contratamos a un chef para que nos cocine un pastel, nosotros le debemos proveer los ingredientes necesarios para su labor. Pero, ¿qué pasa si no le entregamos la harina? ¿Podrá cumplir son su labor cabalmente? Difícilmente. Es por esto que cuando los medios hablan de la “liberación” de un indiciado, el fallo que se emitió, en la mayoría de los casos, no fue de “inocencia”, sino de “falta de elementos para procesar”. Precisamente eso: no se aportaron los elementos suficientes que permitieran al juzgador dictar una sentencia de culpabilidad con su debido castigo. En este caso, si el juzgador condenará a la persona, no teniendo los elementos suficientes para estar completamente convencido de su culpabilidad, estaría lesionando de forma irreparable los derechos de esta.

Aquí quiero dejarles lo siguiente para su reflexión:

Con la decisión de hoy, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no se pronuncia convencida de la inocencia de Cassez. Precisamente, el caso llega a la Corte por la relevancia del mismo, por su importancia para toda la sociedad. Con la decisión que acaba de tomarse, la corte manda un mensaje al sistema de procuración de justicia y a la sociedad en general: si no se atienden los debidos procesos, si no se respetan los derechos de los detenidos, si no se aportan pruebas legales, NO PUEDE HABER UNA SENTENCIA CONDENATORIA, la cual equivaldría a lesionar los derechos de las personas en general. Si se hubiesen pronunciado a favor de la condena, hubieran “ratificado” los actos ilegales que se realizaron en contra de Cassez. Es decir, con esta decisión se respetan los derechos de las personas, de la sociedad en general, aunque la consecuencia más aparente sea la de liberar a una posible secuestradora.

La pregunta es: ¿preferiríamos que una posible secuestradora pagará su sentencia, si con esto se perjudicara a todas las personas que en algún momento podrían ser detenidas, procesadas y juzgadas por medios completamente ilegales e irregulares?

¿Ustedes que opinan?

@FaustoBanuelos