De discriminaciones, ladies y mucho activismo de “faisbuc”…
El internet jamás nos defrauda: en un corto tiempo presenciamos al “Gentleman de Puebla” (el cual hace gala de un amplio y nutrido lenguaje español), el #IceBucketChallenge (con una innumerable cantidad de gente echándose agua helada encima y con este solo gesto cambiando al mundo) y la última pero no menos importante #LadyChiles. Si no sabes de que va la cosa, aquí el video:
http://www.youtube.com/watch?v=BfPoxtzmMp0
LOS HECHOS
Se trata de una mujer que se da cuenta de que su trabajadora doméstica (esto para hacer uso del término correcto y no decir “chacha”, no sea que se me ofendan…) está “sustrayendo” un chile en nogada, el cual había manifestado haberse comido (cosa que en opinión de la agraviada es imposible puesto que “nadie puede comerse dos chiles en nogada”) y no se comió. Comienza haciéndola sacar el contenido de su bolsa y comprueba que trae un “tupper” que es de su propiedad y dentro de el un chile en nogada… Le siguen los reclamos y la indignación de la señora por sentir su confianza traicionada… Para no hacer el cuento largo, la señora graba todo el suceso y decide subirlo a su cuenta de Facebook, acompañado de la leyenda: “entre más conozco a las personas, más quiero a mi perro”.
LAS REACCIONES
Como es entendible, las reacciones no se hicieron esperar… Y la gran mayoría de ellas son condenatorias de la actitud de la señora y de su marido (quien al parecer es quien toma el video). Aquí algunos hermosos ejemplos:
Bueno, hasta ElDeforma ha hecho varías notas del caso (y si sales en ElDeforma significa que has alcanzado la fama):
- “Inicia oficialmente el reto #LadyChilesChallenge“
- “Fabian Lavalle se solidariza con #LadyChiles y narra la amarga experiencia de perder un chile“
- “Carstens le demuestra a #LadyChiles que sí es posible comer más de un chile en nogada seguidos“
- “Indignación contra #LadyChiles por la mala calidad de su video“
LA LECTURA
La idea no es convencerte de si se obró bien o no, de si se robó un chile o no, de si la conducta de la “agraviada” (la propietaria en pleno dominio del chile) es reprobable o no. Aquí lo interesante es lo siguiente:
- Las redes sociales son un nuevo paradigma en la comunicación. Durante el siglo XX la información fluía en un solo sentido a través de los grandes medios de comunicación, en un monologo interminable. Hoy en día, la información fluye desde y hacia todos los sentidos a través de las redes sociales y el internet. Hoy en día cualquier persona con un celular y acceso a internet puede convertirse en un emisor de información. Este flujo se ve potenciado por la capacidad viral de las redes. Por ello es importante que comprendamos que nuestra vida YA ES PUBLICA. Y ademas, estamos dejando una “huella” personal en la red: ¿has pensado que hay millones de niños nacidos en los últimos años que tendrán su vida completamente documentada en las redes sociales?
- Estamos presenciando un verdadero “activismo de faisbuc”. Nos encontramos ante un fenómeno único en su tipo: las personas día a día, momento a momento, entran a las redes sociales a expresar sus opiniones, a apoyar ciertas causas (aunque existe mucho cuestionamientos al supuesto “apoyo”, pues el like todavía no hace nada por sí mismo), a condenar actitudes, a burlarse de los demás… Pero aquí lo verdaderamente interesante es como estos casos revelan con claridad las frustraciones contenidas, especialmente en una cultura como la nuestra en donde tenemos una relación de amor-odio con la autoridad: el indígena vejado y el español vejante, el político ratero y el ciudadano robado, el jefe temido y el jefe amado. Todos estos complejos son herencia de una historia amorfa, incompleta y no asimilada.
- El valor ante la distancia y el anonimato. Las redes sociales hacen posible el expresar ideas que en una situación real, cara a cara, no expresaríamos. El “comment” te permite decir todo lo que quieras, quejarte todo lo que quieras, burlarte todo lo que quieras, pues el interlocutor no está frente a ti. Aquí nadie se controla: expresan lo que sienten y como lo sienten. En este caso en concreto, se aprecia mucha “indignación” por la forma en que la trabajadora doméstica es tratada, por la humillación sufrida. Se aprecia un sentimiento de impotencia colectiva, de indignación colectiva, de rabia colectiva… Lo interesante es que estos sentimientos no permean al mundo real: todo se queda en el teclado.
De los múltiples comentarios y memes, se aprecia con claridad que tenemos un sector de la sociedad que vive todos los días con una gran frustración contenida. Este grupo se indigna fácilmente, se pronuncia en contra del maltrato, se queja de la discriminación. Pero curiosamente, no es un grupo que se vea por las calles movilizándose, participando en diferentes foros, exigiendo sus derechos cívicos y cumpliendo sus obligaciones ciudadanas.
Por otro lado se aprecia también una “lucha de clases”, no como la dialéctica histórica propuesta por Marx, sino que se trata de un verdadero desprecio de los pobres hacia los ricos, de los fresas hacia los nacos, de los humildes hacia los alzados. Siempre he pensado que vivimos en una sociedad en donde los mexicanos nos sentimos con “derecho a la prepotencia”, pues en este país basta con que cualquier persona reciba una pequeña cuota de poder, para que se dedique a hacer sentir ese poder a los demás, no importa que su poder le posibilite solamente a impedirte el acceso a un edificio. Nuestra cultura e ideología es bipolar, por decir lo menos.
Es aquí en donde la última lectura cabe perfecta: por un lado puede decirse que SÍ, sí se trató de un acto de discriminación y la discriminación es una conducta tan dañina, que hasta existe una Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y un organismo federal para combatirla, la CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación), mismo que podría tomar medidas contra este chusco y muy real caso. Y por otro lado: SÍ, estamos presenciando una campaña de odio, al más puro estilo “ojo por ojo”. Y solo pienso en aquel que haya dicho que si “todo se resolviera con ojo por ojo el mundo pronto se quedaría ciego”.
Al final del dia, es mucho más fácil quejarse desde la comodidad de una silla (como en la que estoy ahora sentado).
Moraleja: si humillas a alguien, evita grabarlo y subirlo al “fais”…
@FaustoBanuelos