México, Bancarrota y #Maroming
Está de moda eso de que México está en “bancarrota”, lo cual considero que no describe fielmente a la situación actual del país -para lo cual les dejo este link de Animal Político que lo explica bastante bien- pero que más allá de la discusión del fondo, de si tiene o no sentido tal afirmación, me gustaría entrar a la forma, al hecho de pararse en un evento multitudinario y decir que se “recibe un país quebrado”.
Vamos, como Jack el Destripador, por partes:
1. El término. Para empezar el término es incorrecto y no puede aplicarse a un país, es decir, México simple y sencillamente -por mandato Constitucional- NO PUEDE QUEBRAR. Ni México, así como ninguna institución pública pueden “quebrar”. Pueden llegar a tener “patrimonio negativo”, lo cual parece un eufemismo, pero no lo es. La primera acepción de la Real Academia Española para “Bancarrota” es “quiebra de una empresa”. Ahí todavía no tenemos luz. ¿Qué es la quiebra entonces? La quiebra sucede cuando se tienen mayores pasivos que activos y capital durante un lapso considerable de tiempo, de tal suerte que es necesario realizar un juicio especial de liquidación, dada la inviabilidad financiera de la entidad. La misma RAE define a quiebra como “juicio por el que se incapacita patrimonialmente a alguien por su situación de insolvencia y se procede a ejecutar todos sus bienes en favor de la totalidad de sus acreedores.” Cómo podrán observar, esta definición no puede ser materialmente aplicada a un país, así que el uso de la misma es, simple y llanamente, INCORRECTO.
2. El mensaje. Hace algunos días, el mismo AMLO mencionó que recibía un país “estable y sin crisis económica” y ahora dice que recibe uno en “bancarrota”. Hay ahí un clara y aparente contradicción, lo que no tienen en cuenta, aquellos detractores de su “aparente contradicción”, es el mensaje en si mismo. O los mensajes, mejor dicho: AMLO tiene dos mensajes diferentes, aparentemente contradictorios, pero no lo son. Seguramente ahora mismo andan pensando que ya me volví Obradorista y que ando aplicando el ya famosísimo #Maroming, pero no es así, es simplemente entender que AMLO de hoy está haciendo lo que hizo AMLO de ayer: tener diferentes mensajes para diferentes audiencias. El mensaje de la “bancarrota” va seguido de la disculpa anticipada de que no se “podrá hacer todo lo demandado”. ¿Lo ven? “No podré cumplirles pero no es mi culpa”. Con dos o más mensajes, aparentemente contradictorios, puede cumplirse a dos o más audiencias. Estratégicamente correcto, aunque incomodo de forma. Pero en estos tiempos de la superexposición noticiosa, rápidamente se olvidan las cosas. Esto se parece mucho a otra estrategia usada por los vecinos del norte, conocida como “alternative facts“.
3. Los Datos Duros. A enero de este año, el SHRFSP (Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público) se ubicó en su punto más bajo en 10 años: 10 billones 31,652 millones de pesos, de los cuales alrededor de 63% es deuda interna y 37% es deuda externa, lo cual representa 48.7% del PIB. Dicho de forma simple, por cada peso que ingresamos en un año, debemos 50 centavos. ¿Eso es mucho? Para saberlo quizás nos ayude contextualizarlo: Argentina al cierre de 2017 tuvo una deuda total de unos US$334,000 MDD, que representa cerca de 59% del PBI; Brasil US$1,466 BDD o el 74,4% del PIB (datos del Banco Mundial). ¿Y Estados Unidos apa? Pues al día de hoy, de acuerdo a www.usdebtclock.org (que le recomiendo que entren a ver porque está increíble) su deuda es de $21,488 BDD y su PIB es de $20,528, por lo que su deuda representa nada más el 104% de su PIB, siendo el país más endeudado del mundo. Regresando al ejemplo de los pesos, Argentina, por cada dólar que tiene debe $0.59 centavos, Brasil $0.74 centavos y Estados Unidos $1.04. ¿Se imaginan? Es como si sumaran su sueldo de todo el año y ni así alcanzaran a pagar todo lo que deben.
Entonces Usted, tan entendido, perspicaz y sagaz lector -hecho evidenciado al haber llegado hasta aquí- se preguntará ¿México está bien o mal? Usted mismo respóndase, poniendo allá abajo por que cree que está bien o mal y yo le digo si concuerdo o no. Solo recuerde: un tema tan complejo no puede tener una respuesta sencilla.